miércoles, 23 de mayo de 2012

Lo esencial


—Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:
—No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:
—Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.
Y volvió con el zorro.
—Adiós —le dijo.
—Adiós —dijo el zorro—. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple : sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.
—Lo esencial es invisible para los ojos —repitió el principito para acordarse.
—Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.
—Es el tiempo que yo he perdido con ella... —repitió el principito para recordarlo.
—Los hombres han olvidado esta verdad —dijo el zorro—, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...
—Yo soy responsable de mi rosa... —repitió el principito a fin de recordarlo. 


El principito.




miércoles, 20 de julio de 2011

domingo, 9 de mayo de 2010

Hay que insistir

Muchas veces las cosas no se le dan al que las merece más, sino al que sabe pedirlas con insistencia.



Arthur Schopenhauer, 22.02.1788 - 21.09.1860
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viernes, 7 de mayo de 2010

asertividad

La Asertividad se define como: "la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás. Negociando con ellos su cumplimiento". Está en el tercer vértice de un triángulo en el que los otros dos son la pasividad y la agresividad. Situados en el vértice de la pasividad evitamos decir o pedir lo que queremos o nos gusta, en la agresividad lo hacemos de forma tan violenta que nos descalificamos nosotros mismos.

Emplear la asertividad es saber pedir, saber negarse, negociar y ser flexible para poder conseguir lo que se quiere, respetando los derechos del otro y expresando nuestros sentimientos de forma clara. La asertividad consiste también en hacer y recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas.

El elemento básico de la asertividad consiste en atreverse a mostrar nuestros deseos de forma amable, franca, etc., pero el punto fundamental consiste en lanzarse y atreverse

hechos-sentimientos-conductas-consecuencias

miércoles, 5 de mayo de 2010

la caja de cerillas


Como agua para chocolate.
Si bien todos nacemos con una caja de cerillas en nuestro interior, no las podemos encender solos, necesitamos como el experimento, oxígeno y la ayuda de una vela”. Continúa diciendo que al encender nuestras cerillas, se produce en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo, poco a poco, conforme pase el tiempo, hasta que venga una explosión para reavivarlo.
Y lo más importante:
Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía al alma. Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillas se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo

devenir

Aprender “es la propiedad emergente inherente a la organización de la vida”.
Por su parte, la vida se visualiza como un devenir ininterrumpido de sucesiones en un desequilibrio permanente y que fundamenta la física cuántica, al analizar los sistemas naturales y sociales, como flujos permanentes de autoorganización.

martes, 4 de mayo de 2010

nadar con ropa


  1. Tranquilidad. Es básica para no agarrotarte. Para aguantar hasta que te salven, deja el rostro sobre el agua y estira los brazos hacia adelante. Si estás relajado, verás que flotas justo por debajo de la superficie.
  2. Respira. Levanta la cabeza, expulsa el aire hasta vaciar los pulmones y vuelve a llenarlos del todo. No lo hagas muy rápido, eso cansa más. Bracea un poco para sacar la cabeza. Toma el aire que puedas. "Pedalea" en el agua para sobresalir un poco. Aparta el agua con los brazos.
  3. Descansa. Ya puedes volver a la posición inicial: la cara sumergida, y los brazos y las piernas estiradas y relajadas todo lo posible. Estira y relaja brazos y piernas para descansar.
Eso hasta que llegues a tierra firme o te rescaten.